Anorexia

Uno de los trastornos más frecuentes asociados con la ingesta de alimentos es la anorexia. Surge por una percepción errada de la persona sobre su propio cuerpo, que la hace tomar medidas drásticas para adelgazar.

Los individuos que sufren de anorexia suelen verse gordos, a pesar de que en la mayoría de los casos tienen un peso por debajo de los niveles recomendados. Debido a ello, realizan cambios radicales y negativos en su dieta.

La anorexia los incita a disminuir las cantidades de comidas, a someterse a largos períodos de ayuno y a suspender la ingesta de productos esenciales para el organismo, lo que a la larga les genera serios problemas de salud.

Los anoréxicos inician con la eliminación de los hidratos de carbono, puesto que creen erróneamente que los engorda. Posteriormente evitan las proteínas, grasas, e incluso los líquidos, por lo cual sufren serios cuadros de deshidratación.

Para acelerar la pérdida de peso, quienes sufren de anorexia utilizan otras estrategias como la provocación de vómitos, el uso de laxantes, diuréticos, o la práctica exagerada de ejercicios físicos.

Los anoréxicos pueden llegar a perder entre 15% y 50% de su peso. Generalmente se ven gravemente afectados por alteraciones psicológicas, conductuales y emocionales que también inciden en su imagen y comportamiento.

Causas de la Anorexia

Se cree que la anorexia se debe a factores sociales y socioculturales, aunque, como en cualquier otra situación, existen personas con una mayor predisposición física a caer en este trastorno, sin importar la presión que pueda infringir su entorno.

Es por esto que se han comprobado varias causas generales, que se asocian a posibles vulnerabilidades o a factores de riesgo en materia biológica.

Algunas de ellas son: obesidad del enfermo, separación de los padres, enfermedad o fallecimiento de un ser querido, obesidad materna, fracaso escolar, alejamiento del hogar, accidentes o sucesos traumáticos, entre otros.

Síntomas de la Anorexia

El síntoma más evidente de quien tiene anorexia es la pérdida de peso radical, así como una apreciación equivocada de su cuerpo. Esto desencadena una serie de problemas endocrinos, que en un corto período de tiempo pueden menoscabar su bienestar.

Al entrar en este trastorno, los afectados comienzan a rechazar que su peso corporal esté por encima del mínimo recomendado para su talla y edad. También manifiestan temor a la obesidad o al incremento de peso, aún cuando se encuentren por debajo del peso ideal.

Dolor abdominal, estreñimiento, jaqueca, agotamiento, debilidad, fallas respiratorias, fatiga, mareos, palpitaciones, sudoración, padecimientos gástricos y vómitos, entre otros, pueden ser otros síntomas de anorexia.

Particularmente las mujeres que padecen de anorexia, pueden desarrollar amenorrea, es decir, la pérdida de tres ciclos menstruales de manera consecutiva, lo cual acarrea consecuencias orgánicas bastante peligrosas.

Uno de los principales signos de preocupación se da cuando el sujeto comienza a mostrar una excesiva preocupación por la cantidad de calorías que poseen sus alimentos, y la forma en la cual son preparados. La sencilla idea de que eso afecte su figura, lo sumerge en un cuadro de agobio y rechazo, difícil de controlar.

La reducción progresiva en el consumo de alimentos, la sensación constante de frío, la obsesión por la imagen, el deporte y la báscula, la hiperactividad, el empleo de trampas para evitar la alimentación, y la reducción progresiva de las comidas, son otros signos de alarma de la anorexia.

Los amigos y familiares del anoréxico pueden notar que padece de depresión, irritabilidad, y de trastornos de la personalidad. También refleja cambios en la sensación de saciedad y plenitud previa a las comidas, hinchazón o náuseas.

Signos clínicos y físicos

Otros trastornos cognitivos presentes en los que tienen anorexia están asociados con las generalizaciones, uso selectivo de información, abstracciones selectivas, supersticiones, continua percepción  del lado negativo de las cosas, ideas autorreferenciales, pensamiento dicotómico, e indiferencia arbitraria.

En materia clínica se puede observar disminución de las pulsaciones cardíacas, sufrimientos de arritmias que pueden causar un paro cardiaco, baja presión arterial, anemia, amenorrea, disminución de la masa ósea y velocidad de crecimiento, menor motilidad intestinal, estreñimiento crónico, así como aparición de vello largo y fino en los antebrazos, la espalda, el cuelo, los muslos y las mejillas.

Igualmente, se puede evidenciar isminución del gasto energético que conlleva a una percepción constante de frío, resquebrajamiento de las uñas, deshidratación de la piel, coloración amarillenta de las plantas de los pies y las palmas de las manos, inconvenientes en los dientes, pérdida de cabello e inflamación generalizada.

Lo más grave de la anorexia, es que quienes la padecen pueden intentar suicidarse o incurrir en adicciones por su baja autoestima y sus conflictos.

Tratamiento de la anorexia

Los afectados con anorexia deben someterse a terapia para superar sus trastornos psíquicos, y su malnutrición. Debe existir una coordinación entre los especialistas endocrinólogos, nutriólogos y psiquiátricos, así como pediátricos en el caso de los jóvenes.

Igualmente, se requiere un seguimiento ambulatorio luego de que el paciente haya sido dado de alta, si es que fue recluido por una desnutrición grave.

Algunas de las medidas específicas que deben adoptarse tienen que ver con:

• Implementación de una dieta que permita restablecer los hábitos alimenticios. Probablemente se indique un plan de 1000 a 1500 calorías que posteriormente se irá adecuando hasta proporcionar todos los nutrientes. Esto debe hacer bajo estricta vigilancia.
• Llevar un seguimiento del peso. Si hay mejorías, se debería arrojar un incremento de 250 a 500 gramos por semana con el régimen indicado. De no ser así, hay que reestudiar el caso.
• Impedir el entrenamiento y la práctica de cualquier deporte.
• Recetar fármacos para la depresión y acompañar de terapias psicológicas, individuales o grupales, donde se conduzca al paciente a realizar cambios en su conducta.