La dieta astringente, antidiarreica o blanda normaliza las funciones del aparato digestivo después de un malestar estomacal. Se basa principalmente en el consumo de líquidos, minerales y otros alimentos específicos que ayudan a reponer el organismo de los estragos provocados por ciertas alteraciones intestinales, especialmente la diarrea.
El aumento del número de deposiciones se produce principalmente por la aceleración del tránsito intestinal. También puede surgir por la inflamación del intestino delgado, la presencia de virus en el cuerpo, problemas digestivos (colitis o síndrome del colon irritable) o desequilibrios nutricionales. En la mayoría de los casos, va acompañado de dolor, nauseas, debilidad, pérdida del apetito y fiebre.
Cuando las evacuaciones son agudas, desaparecen a los pocos días con un tratamiento leve. Pero cuando son crónicas, se prolongan por más de una semana y suelen ser síntoma de un trastorno mayor. En ambas situaciones, es conveniente implementar una dieta astringente para evitar la deshidratación y otras afecciones relacionadas.
No es para adelgazar
La dieta astringente o dieta blanda es un plan progresivo que, poco a poco, va incorporando alimentos de los diferentes grupos para que el aparato digestivo retome sus funciones normales, y logre una excelente recuperación.
El objetivo de la dieta astringente es reducir al máximo la estimulación y el volumen de las deposiciones. No es un plan para adelgazar, sino para regular el organismo cuando se ve afectado por la diarrea, la gastroenteritis y otras patologías similares.
Este tipo de dietas se recomienda con frecuencia a los niños y a los ancianos que sufren constantes complicaciones estomacales. Los menores suelen desarrollarlas por la falta de higiene o por variaciones en la flora bacteriana intestinal, mientras que en los adultos mayores, generalmente aparecen por su avanzada edad o por problemas de carácter nervioso.
Los alimentos incluidos en una dieta astringente deben ser bajos en grasa y de poca fibra, que permitan la cocción al vapor o al horno. No se permiten frituras, embutidos, guisos ni recetas muy condimentadas.
Alimentos permitidos
En una primera fase de la dieta astringente se diseña un menú a base de té de manzanilla, leche de almendras, agua de arroz, agua de zanahoria, arroz hervido caldoso, patata y zanahoria hervida, pescado o pollo hervido, membrillo, manzana al horno, rallada u oxidada sin piel, compota de manzana y tostadas tipo biscote.
Si el organismo va respondiendo satisfactoriamente, se puede añadir jamón dulce, yogur desnatado natural, ternera, pescado, pollo a la plancha, tortilla francesa o huevo duro, sopa de pasta (caldo desgrasado), melocotón en almíbar, galletas tipo maría, bizcocho casero, plátano y pera.
En una tercera etapa de la dieta astringente se complementa el plan alimenticio con verduras preparadas en forma de puré (calabacín, zanahoria, judía verde y calabaza), jugos de frutas y legumbres.
La sugerencia es agregar paulatinamente cocciones más complejas hasta retomar el menú habitual. No es de extrañar que después de implementar la dieta astringente la persona baje de peso, ya que este plan reprime considerablemente la ingesta de calorías. En general no existen contraindicaciones al momento de aplicarla, pero es vital que sea supervisada por un médico especialista. En ningún caso se debe prolongar el tiempo sugerido que suele ser de siete a quince días, dependiendo de la condición del paciente.
La efectividad de la dieta astringente se valorará con los cambios de la consistencia de las deposiciones y su frecuencia, por lo que es de suma importancia llevar una medición adecuada.
Recomendaciones
de la dieta astringente
- No comer alimentos ricos en fibras porque agudizan la diarrea.
- Evitar productos que causen flatulencias (repollo, coliflor, etc.)
- No ingerir preparaciones saladas o muy azucaradas.
- Las grasas son difíciles de digerir y entorpecen las funciones del aparato digestivo, por lo que no deben consumirse durante la dieta.
- Mantener una hidratación permanente. Conviene ingerir líquidos fuera de las comidas, preferiblemente agua.
- Obviar el café, las bebidas alcohólicas y el chocolate.
- Hacer pequeñas comidas pero varias al día. Lo ideal es que sean cinco (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena)
- Las preparaciones de agua de arroz y zanahoria se deben hacer diariamente. Lo mejor es que se consuman frescas porque cuanso se dejan reposar durante mucho tiempo, ya sea fuera o dentro de la nevera, tienden a fermentarse.
- Comer despacio y en un ambiente tranquilo. Descansar y reposar después de cada comida.
Alternativas para cada comida
Desayuno: Pan tostado con mermelada, yogurt natural, jugo o compota de manzana, cereales no integrales ni azucarados o té reposado.
Merienda: Manzana sin piel, compota o plátano sancochado
Almuerzo: Crema de zanahoria, puré de papas, pescado o pollo a la plancha, calabacín salteado con zanahoria o sopas.
Merienda: Té, galletas sin sal o pan tostado con membrillo.
Cena: sopa o crema de vegetales o pollo, tortilla de papas, ensalada de frutas, pollo a la plancha o yogurt natural.
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