Lucir una figura esbelta y atractiva según los cánones que dicta la sociedad, es para muchos un objetivo primordial. La cirugía estética puede ofrecer soluciones inmediatas para alcanzar el cuerpo soñado, cuando las dietas y ejercicios no brindan el resultado deseado o cuando la paciencia no está entre las virtudes del interesado. Una de las técnicas quirúrgicas más usadas para moldear la silueta es la liposucción o lipoescultura. El método consiste en extraer, reinyectar o reposicionar la grasa en diferentes zonas.
La liposucción comenzó a realizarse en 1977, gracias al médico italiano Giorgio Fischer. Posteriormente, el doctor Yves-Gérard Illouz estableció los conceptos y procedimientos de la técnica en 1983, en Francia.
Cuando el cirujano plástico realiza una liposucción, utiliza una cánula que introduce en la piel tras realizar pequeñas incisiones. La cánula está conectada a un equipo que genera una presión negativa, como lo hacen los liposuctores o jeringas, y se procede a remover el tejido adiposo por medio de la succión o aspiración.
Generalmente, la liposucción se efectúa de forma ambulatoria, es decir bajo anestesia local y sedación, y no requiere de hospitalización. El tiempo promedio de la intervención es de una a tres horas.
Las zonas que pueden ser tratadas con liposucción son la papada, los brazos, la región abdominal, la cintura, la espalda, las revolveras, la cara anterior del muslo y los glúteos.
Una vez culminada la operación, el paciente tiene que colocarse una faja elástica por un tiempo determinado (según el caso) en las áreas que fueron manipuladas. A menudo, el reposo es de una semana y pasado ese tiempo, podrá volver a sus actividades rutinarias. Todo dependerá de la recuperación experimentada por cada individuo.
Actualmente existen otros procedimientos para destruir la grasa que no son tan invasivos, entre ellos la liposucción láser, la laserlipólisis o lipo-láser y la liposucción ultrasónica.
Candidatos para la Liposucción
No todo el mundo es candidato ideal para una liposucción. En principio, el paciente no debe ser obeso, sino tener grasa acumulada (lipodistrofias) y difícil de eliminar a través de los métodos tradicionales.
Por ejemplo, en los casos de personas con sobrepeso excesivo (obesidad mórbida) no se debe realizar la liposucción, sino que se les recomienda primero rebajar con dietas o mediante la práctica de una cirugía de estómago (gastroplastia) para luego someterlo a la lipoescultura.
La liposucción se indica para moldear y no para rebajar, aunque sí se perderán algunos kilos con el procedimiento. También hay que tener en cuenta que no es un método definitivo, pues si no se sigue un plan de alimentación adecuado y una rutina de ejercicios constante, la grasa volverá a aparecer. El médico tratante recomendará la mejor técnica para mantenerse en forma, de acuerdo a las necesidades individuales.
para Rellenar
Cuando se realiza una liposucción, en algunos casos la grasa que se succiona puede reinyectarse en otras zonas del cuerpo que la necesitan, ya sea para aumentar el volumen o rellenar hendiduras. Por ejemplo, en los glúteos o las arrugas.
Es importante que el galeno no se exceda en la cantidad de grasa extraída para tener un resultado óptimo, es por ello que debe ponerse en manos expertas.
A muchas personas les preocupa las cicatrices que puedan quedar en la piel tras la cirugía. Generalmente los cortes se acercan a los cinco milímetros y las marcas suelen desaparecer casi por completo a los seis meses. Todo dependerá de los cuidados post operatorios y de la respuesta orgánica a la cicatrización. Siempre existe la opción de apoyarse en cremas o productos naturales que ayudan a atenuar los rastros de las suturas.
Lo que si notará el paciente casi de inmediato, es que la zona estará inflamada. Esta hinchazón baja poco a poco y los resultados finales se observarán a los tres meses. Para ayudar a que las áreas tratadas se desinflamen más rápido, el especialista puede sugerir masajes (drenaje linfático) o ejercicios específicos.
Complicaciones de una Liposucción
Generalmente no surgen complicaciones tras someterse a una liposucción cuando es atendida por un médico especializado. Al principio puede haber dolor, pero el galeno suele recetar analgésicos comunes. Sin embargo, como en cualquier procedimiento quirúrgico, hay riesgos que se deben conocer antes de tomar la decisión.
Entre los problemas que pueden aparecer en el área tratada están inflamación y hematomas, los cuales pueden causar mucho dolor. Si las molestias persisten por más de seis semanas, es posible que se haya generado un trauma excesivo en los tejidos e incluso se formen protuberancias. Seromas (acumulación de líquido seroso), infecciones (poco frecuente), deformidad local (exceso de extracción de grasa), irregularidades de la superficie (hoyuelos, surcos, arrugas), asimetría, laxitud o hiperpigmentación de la piel, queloides y necrosis (muerte de la piel), son otras posibles consecuencias.
También pueden quedar secuelas neurológicas como hipoestesia (poca sensibilidad de la piel), dolor crónico (lesión del musculo o fascia) y desviación umbilical.
En casos más delicados pueden surgir complicaciones sistémicas como pérdida de sangre, hipotermia, tromboembolismo pulmonar (coágulos), perforación visceral, infección fulminante, síndrome de embolia grasa y edema agudo de pulmón.
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