El naproxeno es un medicamento analgésico, antibiótico y antiinflamatorio no esteroideo, perteneciente a la familia de los AINE. Es muy utilizado por esta propiedad y por la capacidad que posee de disminuir dolores en los ligamentos, tendones, músculos y articulaciones.
Es prescrito también para calmar los calambres y dolores menstruales en poco tiempo, porque su efecto es muy poderoso. Su uso empezó en el año 1976, en Estados Unidos. Es importante destacar, que el naproxeno debe ingerirse bajo estricta prescripción médica.
PRESENTACIÓN del Naproxeno
El naproxeno normalmente viene en comprimidos, en presentaciones de 250 mg, 500 mg y 550 mg. También puede encontrarse en dosis de 375 mg, en envases que contienen 10 píldoras recubiertas.
Es de hacer notar que dependiendo del laboratorio o la marca, varía la presentación del medicamento, es decir, que puede encontrarse de diferentes formas, bien sea: jarabe, pastillas, cápsulas e inyección. No obstante, se utiliza para las mismas dolencias.
INDICACIONES del Naproxeno
El naproxeno de venta común es de administración oral. Se puede tomar con agua o cualquier otra bebida, pero siempre acompañado con las comidas, para prevenir la afectación mediana de algún órgano del sistema digestivo. Sin embargo, su administración dependerá de la patología a tratar y de las particularidades del paciente, pues cada persona requiere diferentes indicaciones o dosis.
Como se dijo, este fármaco es muy efectivo para aliviar numerosos malestares frecuentes. Disminuye las inflamaciones y es atenuante de los síntomas provocados por enfermedades como artritis reumatoide, osteoartritis y espondilitis. También actúa en dolores musculoesqueléticos, migraña, bursitis o inflamación de la garganta, entre otros.
El naproxeno no debe administrarse con otros medicamentos que puedan aumentar los efectos adversos, como antidepresivos, esteroides, diuréticos, metotrexato, litio y fármacos que controlan la presión y los trastornos de la sangre. Es pertinente estar muy vigilantes para evitar efectos mayores.
COMPOSICIÓN del naproxeno
El naproxeno es obtenido del ácido propiónico, una sustancia blanca, inolora y cristalina. Además, sus componentes químicos son una masa molecular de 230,26 g/mol. Es liposoluble, prácticamente insoluble en agua.
DOSIS de Naproxeno
Las dosis de naproxeno dependerán del padecimiento a tratar, el historial médico y la edad del paciente, pero lo reglamentario a nivel clínico, es no exceder, en adultos, una dosis de 500 mg por cada toma, dos veces por día.
- En general se utiliza en el proceso sintomático de las inflamaciones musculoesqueléticas en dosis de 275 a 550 mg, 2 veces al día.
- En el tratamiento de la artritis reumatoidea juvenil, se suelen emplear 10 mg por kg de peso, fraccionados en dos dosis.
- En las crisis de gota en adultos se recomienda una dosis inicial de 825 mg, seguida de otra de 275 mg cada 8 horas.
- En dismenorreas se indica una dosis inicial de 550 mg, seguida de 275 mg, cada 6 u 8 horas.
CONTRAINDICACIONES
Antes de recurrir a este medicamento es fundamental considerar las siguientes sugerencias:
- No debe ingerirse si se es alérgico al medicamento, si se está amamantando o en embarazo.
- Debe evitarse si se padecen trastornos de coagulación, sangrado de estómago o intestinos, úlceras, sangrado en el cerebro, problemas renales, deficiencia cardíaca incontrolable, potasio en la sangre.
- Las personas alcohólicas deben prescindir de su uso. Quienes no lo son, deben evitar el consumo de estas sustancias mientras dure el tratamiento.
- Si el paciente se va a someter a cirugía debe suspenderlo porque induce a hemorragias. Se destaca que este medicamento es muy dañino para los niños y adolescentes, por lo que es indispensable usarse bajo prescripción médica. No debe prescribirse a niños menores de 2 años de edad.
REACCIONES ADVERSAS provocadas por el Naproxeno
Como todo medicamento, el naproxeno puede ocasionar efectos adversos, aunque no todos los individuos los experimenten. Estos son algunos:
- Trastornos gastrointestinales: Son los más habituales e incluyen úlceras pépticas, hemorragias digestivas y perforaciones, principalmente en ancianos. De igual forma se observan náuseas, repugnancia, diarrea, flatulencia, estreñimiento, ardor en el estómago, dolor abdominal, sangrado en heces, aftas bucales, agravamiento de colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y gastritis.
- Trastornos cardiovasculares: Puede ligarse el uso del naproxeno con un leve riesgo a sufrir un ataque cardíaco o cerebral. Igualmente, se han presentado casos de retención de líquidos, hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca y vasculitis.
- Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo: Tratamientos con naproxeno están asociados, aunque en muy raras ocasione, a la aparición de ampollas muy peligrosas y a patologías como Síndrome de Stevens Johnson y necrolisis epidérmica tóxica.
- Trastornos hepatobiliares: El medicamento naproxeno puede ser causante, en determinadas ocasiones, de traumatismos hepáticos.
- Trastornos del oído y del laberinto: Suelen surgir zumbidos en los oídos y efectos de vértigo.
- Trastornos del sistema nervioso: Se presentan dolores de cabeza, problemas para concentrarse, desvelo, modificaciones visuales y meningitis aséptica
- Trastornos respiratorios, torácicos: El uso del naproxeno puede relacionarse con la neumonía eosinofílica.
Si nota que alguna de estas reacciones es grave o se presenta cualquier otra, debe acudir al médico de inmediato. Se recomienda no iniciar tratamiento con naproxeno por cuenta propia, ya que los efectos adversos son numerosos.
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