Se conoce como analgésico al grupo de fármacos, de principios activos, cuya función principal es la de calmar, aliviar o eliminar el dolor y la inflamación de origen diversos. Es uno de los de mayor consumo.
La inflamación es un síntoma fisiológico a una agresión, que puede ser una vasodilatación local o abundancia de células inmunológicas. El dolor se define como una sensación emocional desagradable que surge como una respuesta fisiológica de un daño al cuerpo y se asocia también a una lesión tisular real o potencial. Se ha establecido también que el dolor no es solo una sensación sino que es una experiencia sensorial y emocional que, en ocasiones, se manifiesta en ausencia de alguna lesión.
Clasificación del dolor
El dolor se clasifica, según diversos criterios, en:
- Duración: Dolor agudo y dolor crónico.
- Patogenia: Dolor neuropático, dolor nocioceptivo y dolor psicógeno,
- Localización: Dolor somático y dolor visceral.
- Curso: Dolor continuo y dolor iruptivo.
- Intensidad: Dolor leve, dolor moderado y dolor severo.
- Factores pronóstico de control del dolor: Dolores que no responden a los analgésicos habituales (dolor difícil o dolor complejo)
- Farmacología: Es un dolor que responde bien a los opiáceos (dolores viscerales y dolores somáticos). Parcialmente sensibles a los opiáceos (dolores óseos y dolores por compresión de nervios periféricos). Escasamente sensibles a los opiáceos (dolor por espasmo en las musculaturas y dolor por afección en los nervios periféricos).
Escalera analgésica ¿Qué tipo de Analgésico se debe consumir?
Cada uno de los dolores citados requiere de analgésicos específicos. Es importante saber que las personas responden de formas distintas a un mismo analgésico. Asimismo, algunos dolores responden mejor a determinados medicamentos que a otros. Por ello, existen muchos tipos de analgésicos que han sido clasificados por la Organización Mundial de la Salud en la llamada Escalera Analgésica o Escalera del Dolor, creada en el año 1984 en Ginebra, y publicada en 1986.
En sus inicios, esta escalera fue utilizada solo para exponer una técnica de tratamiento y control del dolor en pacientes con cáncer. Progresivamente, fue usada para el tratamiento del SIDA, dolencias geriátricas y pediátricas, y otras enfermedades.
La escalera analgésica que se utiliza actualmente, consta de tres escalones. El primero presenta los analgésicos no opioides, usados para dolores suaves, y los antipiréticos, entre ellos AINE, Paracetamol y Metamizol. Los AINE son los analgésicos antinflamatorios no esteroideos que administrados como agentes únicos, tienen techo en su potencial analgésico. No se recomienda el uso de dosis más altas que las especificadas porque en un momento dado dejan de hacer efecto. Los analgésicos de este peldaño, usualmente son de venta libre.
En el segundo escalón se ubican los opioides débiles, que son la clase más importante de analgésicos empleados para el manejo del dolor moderado a severo, debido a su efectividad, fácil dosificación y relación riesgo-beneficio. Producen analgesia al unirse a receptores específicos dentro y fuera del Sistema Nervioso Central. Ellos son Codeína, Dihidrocodeína y Tramadol. En ciertas situaciones pueden ser asociados con los del primer escalón y tienen un límite o techo analgésico, es decir, que aumentar su dosis no calmará un dolor muy grave.
El tercer escalón contiene opioides potentes como Morfina, Fentanilo, Oxicodona, Metadona y Buprenorfina. Estos analgésicos pueden asociarse en determinadas ocasiones a los del primer escalón, no se mezclan con los del segundo porque no tienen techo analgésico, pudiéndose aumentar la dosis indefinidamente. La morfina es el más usado para el tratamiento del dolor moderado a severo, ya que existen muchas presentaciones disponibles, y su costo es relativamente bajo.
¿Cómo se administra un Analgésico?
La mayoría de los analgésicos pueden ser administrados por vía oral, transdérmica o subcutánea. No obstante, hay pacientes como los oncológicos, que aun después de aplicárseles analgésicos de los tres escalones, mantienen el dolor persiste, por lo que se les deberá suministrar una analgesia radical. En estos casos, se pueden aplicar fármacos por vía espinal (epidural o intratecal) para alterar la percepción del dolor, bloquear los nervios periféricos, simpáticos o neurolíticos, o usar estimulación eléctrica de la médula con impulsos eléctricos que reducen la difusión del dolor.
Fármacos coadyuvantes
Además de los analgésicos mencionados, existen los llamados fármacos coadyuvantes, que son posibles de administrar. Están asociados a los medicamentos principales en cualquiera de los tres escalones, de acuerdo a la causa específica del dolor y la situación clínica. Estos coadyuvantes no son un analgésico en sí, pero contribuyen a incrementar el poder de cualquiera de ellos porque mejoran su respuesta. Se utilizan para el tratamiento de síntomas que deterioran la calidad de vida y agravan el dolor. Además, aminoran o eliminan efectos secundarios de otros medicamentos.
Entre estos coadyuvantes se encuentran los antidepresivos, anticonvulsionantes o antiepilépticos, neurolépticos, ansiolíticos, esteroides, corticoides, relajantes musculares, calcitonina, antieméticos, antiespásticos y anestésicos locales.
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