Síndrome cerebeloso
Ubicado por detrás del tallo encefálico y por debajo del lóbulo occipital del cerebro, el cerebelo es una de las estructuras que integran el sistema nervioso central. Su principal función es lograr que los movimientos sean uniformes y coordinados. Para ello recibe y procesa información de otras zonas del cerebro, de la médula espinal y de los receptores sensoriales. Su intervención en el control de los movimientos voluntarios, rápidos y posturales es significativa y de él depende que se ejecuten de forma ordenada y oportuna. Cuando hay lesiones en el cerebelo, puede producirse el síndrome cerebeloso, que se caracteriza por la incapacidad de caminar o permanecer de pie sin perder el equilibrio.
Neoconductismo
Para comprender lo que es el neoconductismo es necesario conocer antes sobre el conductismo, ya que es una derivación o una profundización de este, es la evolución de la corriente conductista que hace del fenómeno del aprendizaje su objeto de investigación principal.
Afasia de Broca
Una de las principales consecuencias de las lesiones en el área Broca del cerebro, es la afasia de Broca. Aunque no existan irregularidades en el aparato buco-fonador, puede producirse este trastorno que interfiere en la articulación del lenguaje. Las personas que lo padecen se esfuerzan demasiado para hablar y cuando lo logran, lo hacen con muy poca fluidez. Su iniciativa verbal se reduce a menos de 10 palabras por minuto y suelen reflejar deficiencias en la entonación, supresión de los morfemas gramaticales (preposiciones, artículos, pronombres personales, desinencias verbales), trastornos de comprensión del lenguaje, disminución del movimiento, problemas sensoriales del lado derecho, desviación ocular, inconvenientes para recordar el nombre de las cosas y pérdida de destreza en la escritura.
Demencia vascular
Los accidentes cerebrovasculares afectan considerablemente la salud emocional, psicológica y física del individuo. Cuando son pequeños, pero recurrentes, tienden a ocasionar demencia vascular, un desorden que altera la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio, el comportamiento y hasta la capacidad de socialización.
Ictericia
Cuando la piel, las mucosas y la conjuntiva de los ojos toman un color amarillento, se habla de ictericia. No es una enfermedad, sino un indicativo de la presencia de patologías hepáticas, cálculos biliares, tumores en el páncreas o síndrome de Gilbert. Todas estas afecciones arrojan una alteración en el metabolismo de la bilirrubina, que provoca que este pigmento producido por la bilis se acumule en los tejidos y en la sangre, causando ictericia. En ocasiones suele ir acompañada de coluria (orinas de color muy oscuro por la presencia de bilirrubina en la orina) y acolia (heces muy claras por la ausencia de pigmentos derivados de la bilirrubina).
Ganglios basales
El control motor, emocional y cognitivo recae en un grupo de estructuras neuronales localizadas en los hemisferios cerebrales, que se denomina ganglios basales. Estos promueven la iniciación e integración del movimiento en un circuito integrado por varias estructuras, a través del cual reciben información de la corteza cerebral y del tronco del encéfalo, la procesan y proyectan de nuevo a la corteza, al tronco y a la médula espinal, para contribuir así a la coordinación del movimiento. Además, los ganglios basales intervienen en la solución de problemas, por lo que su alteración podría ocasionar dificultad para elaborar un comportamiento guiado internamente, alteraciones de los procesos de atención y/o inconvenientes para ejecutar actividades simultáneas.
Disfemia
Miedo, angustia, estrés, timidez… Diversas situaciones y emociones pueden provocar pequeñas interrupciones verbales que alteran la fluidez del habla. Dichas interrupciones se consideran normales, siempre y cuando no afecten el ritmo del lenguaje y la melodía del discurso. Cuando eso sucede, es posible que exista un trastorno llamado disfemia o tartamudez.
Dieta hipocalórica
Puede que sea cierto. La dieta hipocalórica ayuda a perder peso de forma saludable, pero sólo será posible con la correcta supervisión de un especialista. Factores como la edad, sexo, estatura, actividad física, niveles hormonales, condición metabólica y predisposición al estrés, entre otros, deben evaluarse antes de decidir el método más conveniente, según las necesidades de cada quien.
Hipercinesia
José Luis tiene 7 años de edad y no puede estar quieto. Apenas dura unos minutos sentado en su pupitre dentro del salón de clases. Mueve las manos, balancea los pies, habla sin parar. Este tipo de movimientos que se realizan de forma involuntaria, suelen atribuirse al término hipercinesia.
Complejo de Electra
Es comprensible que las hijas sientan un especial cariño, admiración y respeto por su papá. Pero nada en exceso es bueno, ni siquiera cuando hay amor de por medio. Durante la infancia, muchas pequeñas suelen desarrollar el llamado Complejo de Electra, descrito coloquialmente como etapa de “enamoramiento” hacia la figura paterna. Se observa frecuentemente entre los tres y cinco años de edad, pero por más natural que parezca, debe vigilarse y detenerse a tiempo. Documentarse sobre las conductas asociadas y las posibles repercusiones, es fundamental para enfrentar correctamente esta situación que podría dejar secuelas emocionales en el futuro.