Los accidentes cerebrovasculares afectan considerablemente la salud emocional, psicológica y física del individuo. Cuando son pequeños, pero recurrentes, tienden a ocasionar demencia vascular, un desorden que altera la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio, el comportamiento y hasta la capacidad de socialización.
Se presenta con frecuencia en personas mayores de 60 años, siendo la población masculina la más propensa a desarrollarla. Después del Alzheimer, es la segunda causa de demencia más común, y ocurre principalmente por la interrupción o bloqueo del riego sanguíneo al cerebro. Los síntomas pueden presentarse gradualmente y se evidencian por la disminución de habilidades psicomotoras.
Variantes y diagnóstico de la Demencia vascular
Los especialistas dividen la demencia vascular en dos categorías: demencia del multi-infarto, ocasionada por movimientos múltiples, y demencia vascular subcortical, generada por la acumulación de grasa en las paredes de las arterias. En ambas es fundamental realizar estudios que permitan determinar la existencia o no de otras patologías que pudieran agudizar el cuadro clínico del paciente (anemia, tumores, infección crónica, intoxicación con drogas y/o medicamentos, depresión, enfermedad tiroidea o deficiencia vitamínica). También conviene efectuar exámenes más rigurosos y específicos como tomografías o resonancias para localizar las zonas del cerebro que han sido dañadas y otras posibles secuelas de accidentes cerebrovasculares anteriores.
Cuando los ataques son silenciosos, es posible que la demencia vascular pase inadvertida, incluso pueden transcurrir entre tres y cinco años hasta la determinación de un diagnóstico definitivo. Durante la primera evaluación se aplican analíticas sanguíneas y pruebas de pensamiento, razonamiento y comunicación.
Síntomas de la demencia vascular
- Complejidad para desempeñar actividades que anteriormente resultaban fáciles.
- Dificultad para hablar, escribir y recordar nombres de objetos familiares.
- Pérdida de interés hacia tareas que resultaban ser de su agrado.
- Constante extravío de artículos personales. Pueden incluso perder la noción del tiempo, de los acontecimientos actuales y de su propia personalidad. En los casos más severos llegan a olvidar quiénes son.
- Constantes cambios de humor y negación a la socialización.
- Problemas para conciliar el sueño y para ejecutar acciones cotidianas como cocinar, lavar, manejar, barrer, etc.
- Delirios, depresión, agitación, inquietud, alucinaciones, cambios de humor, comportamiento violento.
- Incapacidad para reconocer y medir el peligro.
- Afectación del sistema nervioso.
- Incontinencia o urgencia miccional
Tratamiento DE LA DEMENCIA VASCULAR
Son muy pocas las posibilidades de curación de la demencia vascular. En algunas situaciones se aplican tratamientos similares a los suministrados a pacientes con Alzheimer. No obstante, los esfuerzos médicos van más orientados al control de los síntomas y a la diminución de factores de riesgo como hipertensión arterial, alcohol, tabaquismo y colesterol.
En ese sentido, aconsejan erradicar la ingesta de grasas, regular la presión e ingerir fármacos que eviten la coagulación de la sangre en las arterias, y otras complicaciones como cardiopatía, neumonía, infecciones urinarias, úlceras de decúbito, inmovilidad o parálisis severa. Dicha medicación debe ser prescrita únicamente por el especialista, quien considerará los requerimientos del individuo, los efectos secundarios de la medicina y la facilidad de uso.
En los casos de demencia vascular también es vital el apoyo familiar. El paciente debe recibir ayuda para manejar correctamente sus constantes problemas de comportamiento, confusión, sueño y agitación. La situación podría tornarse complicada cuando se generan trastornos en las habilidades físicas, por lo que es de suma importancia que quien se encargue de sus cuidados sea una persona preparada para socorrerlo en sus limitaciones y para identificar las posibles recaídas.
En pro de su mejoría, el afectado debe realizar cambios drásticos en su estilo de vida. Debe procurar mantenerse en un ambiente relajado, escuchar música lenta, meditar, caminar y realizar actividades que disminuyan los niveles de angustia y estrés.
Un buen recurso es la terapia del habla, con la cual aprenderá a sobrellevar sus dificultades con la comunicación. Asimismo, es conveniente suministrar vitaminas o productos naturales que activen la memoria. Hierbas como el ginkgo biloba, por ejemplo, favorecen la función mental.
Algunos médicos abogan por el tratamiento no farmacológico, pues se ha comprobado la efectividad de terapias de estimulación cognitiva, que optimizan la percepción, atención, razonamiento, abstracción, memoria, lenguaje y procesos de orientación. También son validas la rehabilitación funcional a cargo de terapistas ocupacionales, la rehabilitación física a cargo de kinesiólogos, el apoyo nutricional, la musicoterapia y el tratamiento fonoaudiológico.
La tarea de cuidar al paciente
El apoyo más grande que se le puede dar a un paciente con demencia vascular, es la disminución de la ansiedad producida por sus ataques de confusión. Para ello es vital que parientes, amigos y, especialmente, quienes se encarguen de su cuidado, tomen en cuenta las siguientes sugerencias:
- Mantener objetos y personas familiares a su alrededor.
- Encender las luces durante la noche.
- Utilizar notas, listas de tareas rutinarias o instrucciones para sus actividades diarias.
- Ceñirse a un horario de actividades simple.
- Evitar que la persona deambule.
- Revisar sus ojos y oídos para descartar que requiera audífonos, gafas o cirugía de cataratas.
- Monitorear las comidas y ayudarle con la alimentación. Las personas con demencia vascular con frecuencia se olvidan de comer y beber y, en consecuencia, pueden deshidratarse.
- Considerar la colocación de un brazalete de identificación para que pueda ser localizado en caso de extravío.
- No descartar que en algún momento pueda requerir vigilancia las 24 horas del día y, en ese caso, conviene estudiar la posibilidad de gestionar una guardería para adultos, albergue, clínica de reposo, enferma o auxiliar.
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