Las fobias son un miedo irracional hacia ciertas cosas, personas o situaciones. Existen muchas, pero particularmente la tecnofobia, se refiere al temor a la tecnología y el rechazo o antagonismo excesivo hacia los avances tecnológicos.
A diario se incorporan a la vida cotidiana nuevas herramientas tecnológicas digitales que parecieran ser difíciles de dominar, y esto ha generado la aparición de trastornos como la tecnofobia o su contraparte, la tecnofilia, que es la adicción o amor a la tecnología.
Sin embargo, se puede decir que este mal no es nuevo. Se han reportado casos de tecnofobia desde que el hombre creó herramientas mecánicas grandes y más eficientes que los seres humanos. Estas invenciones hicieron que muchos temieran ser reemplazados en el campo laboral y que incluso los destruyera.
El ejemplo más palpable de esos tiempos fueron los luditas del siglo XIX (movimiento encabezado por artesanos ingleses) que veían en las máquinas el fin de su manera de vivir. Actualmente los tecnófobos que rechazan los avances en esta materia se declaran enemigos de la cibernética, la robótica, la Internet, los organismos genéticamente modificados y la clonación. Incluso, hay organizaciones que predican su rabia y desconfianza, señalando los supuestos daños a la humanidad que provocan las nuevas tecnologías.
Individualidades
No es necesario estar en un grupo que va en contra de la tecnología para ser tecnofóbico. Como explicamos al inicio hay dos tipos y cuando se trata de individualidades, las señales de alerta son similares a la de cualquier otra fobia.
Las personas que padecen esta condición suelen experimentar síntomas como palpitaciones, intranquilidad y sudoración cuando está a frente los aparatos a los que les teme. Evitan manipularlos, y si se ven obligados a usarlos, ya sea por el trabajo o por estudios, se equivocan, tardan mucho y no se desempeñan correctamente.
En la mayoría de los casos la tecnofobia se da en individuos que anteriormente tenían trastornos de personalidad como la ansiedad excesiva, y en sujetos que enfrentan dificultades para controlar la ira, el estrés y la depresión.
La característica principal de la tecnofobia es la presencia de ansiedad y preocupación excesivas, que se acompaña de al menos otras señales clínicas como inquietud, trastornos del sueño, fatiga precoz, tensión muscular, irritabilidad y falta de concentración.
Al igual que los grupos de tecnófóbicos, las razones que esgrimen quienes padecen de tecnofobia son por ejemplo, el poder de los robots sobre los humanos, el ataque de los virus informáticos, la pérdida de información por manipulación incorrecta de las computadoras y daños a la salud, entre otras.
La tecnología se encuentra en casi todos los aspectos de la vida. En el área laboral, académica, recreativa y sanitaria, por lo que es prácticamente imposible que quienes padezcan el trastorno puedan aislarse de ella ¿La consecuencia? Los afectados ven desmejorar su calidad de vida significativamente.
Qué hacer en caso de tecnofobia
Expertos señalan que quienes sufren de tecnofobia refuerzan sus reacciones negativas cada vez que están en contacto con el objeto que les provoca miedo. Esta situación hace que cada vez eviten con más fuerza tener esa experiencia y entonces, dado que es inevitable que se repita, se sienten marginados y hasta son excluidos por su entorno.
Lo primero que tiene que hacer el afectado es reconocer que tiene una fobia. Sus familiares y amigos cercanos son importantes para darle a entender que hay un problema.
Lo siguiente es acudir a un especialista que con sus herramientas le ayude a superar el trastorno.
La psicología ofrece recursos y estrategias que hacen que el paciente con tecnofobia recupere su funcionalidad. Acciones terapéuticas con técnicas de modelado y centrando el programa en las creencias y cogniciones específicas de la persona a la cual se asiste, serán partes de las alternativas empleadas en estos casos.
La terapia cognitivo-conductual y la hipnoterapia también son utilizadas a menudo para tratar diversas enfermedades mentales, incluyendo la tecnofobia. La terapia puede ser empleada en conexión con la formación de desensibilización.
TECNOFOBIA, la Hostilidad hacia la evolución
El rechazo exagerado y hostil hacia los avances tecnológicos es de larga data, como dijimos anteriormente. Pero, la rapidez con la que se ha desarrollado en el último siglo, ha exacerbado la tecnofobia.
Las mujeres mayores son el grupo de mayor incidencia. Ellas se resisten a las tecnologías y suelen decir expresiones como “la máquina es mala, es fría, es aburrida, o bien, yo no sirvo, no soy capaz, es muy difícil”. La consecuencia es que estas mujeres experimentan una baja en su autoestima y pérdida de autoconfianza.
Continuamente se condena el tiempo que la gente emplea en la utilización de la tecnología, como por ejemplo los teléfonos inteligentes y las computadoras. Para muchos estos aparatos han logrado destruir las relaciones sociales tradicionales. Un tecnófobo no concibe un ordenador como una máquina útil para los estudios o el trabajo. Para ellos, las personas que son adictas a Internet o los videojuegos son un claro ejemplo de la destrucción que la tecnología puede generar en la sociedad.
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