Al principio, la amantadina fue muy usada para contrarrestar la gripe tipo A, especialmente en infantes mayores de un año. En la actualidad, este fármaco se utiliza con mayor frecuencia para el tratamiento del Mal de Parkinson (trastorno del movimiento.) Normalmente, el especialista la prescribe en conjunto con L-Dopa, un precursor de la dopamina que, como se sabe, es un neurotransmisor hallado en distintas regiones del cerebro, que favorece la función motora del organismo.
¿Cómo actúa la amantadina?
La comunidad científica aún no tiene claro cómo la amantadina genera esa mejoría en los malestares propios del Parkinson. Sin embargo, la hipótesis más aceptada señala que libera dopamina a partir de las extremidades de las neuronas. Además, estimularía la noradrenalina, una hormona del sistema nervioso central y periférico, que incrementa la presión de las arterias y el ritmo del corazón, y que funge como neurotransmisor.
En cuanto a su acción como antiviral, la creencia más afianzada, es que el fármaco ataca las etapas iniciales de la afección, evitando que el virus se multiplique. Por otra parte, se cree que la amantadina también provoca la inhabilitación del duplicado primario del ácido ribonucleico (ARN)
Presentación de la Amantadina
A la amantadina se le puede encontrar en el mercado de dos maneras distintas: cápsulas y solución líquida. Ambas para su ingesta oral.
Cada pastilla posee 100 miligramos de amantadina. Con ella se reduce la sintomatología característica del Parkinson, entre ella rigidez, temblores, parálisis y restricción de la movilidad.
Dosis de Amantadina
Para adultos menores de 65 años, la dosis recomendada consta de 200 mg al día. Puede dividirse en dos tomas al inicio del tratamiento. Debe utilizarse la amantadina uno o dos días más, tras la desaparición de las molestias.
Cuando el paciente está en su ancianidad, se sugiere una toma de 100 miligramos diarios, apenas se detecten los indicios de Parkinson.
Para infantes mayores de 10 años, la cantidad apropiada es de 5 mg por cada kilo de peso. Puede administrarse en dos dosis, con la prevención de que nunca exceda los 200 miligramos diarios.
Contra la gripe, los pacientes menores de 65 años pueden consumir 200 miligramos diarios, en 1 o 2 tomas. La ingesta debe comenzar apenas empiecen a aparecer los primeros indicios y mantenerse por 10 días, a menos que el médico indique lo contrario.
Quienes hayan sido vacunados contra la gripe (jóvenes y adultos), quizás puedan responder efectivamente a una toma de 100 mg, cada 12 horas, por 7 o 10 días. Quienes no, tal vez deban cumplir un tratamiento extenso por 3 meses.
Los niños de 10 años en adelante deben tomar 5 mg por kilo. Se empleará la amantadina en dos tomas, sin superar los 200 mg diarios. Para niños más pequeños aplican las mismas indicaciones, pero la cuota máxima se ubica en 150 mg al día.
Si hay cansancio exagerado, y está estrechamente relacionado con la presencia de esclerosis múltiples, los adultos han de consumir 200 miligramos por día, en una sola toma, o en dos de 100 mg.
Contraindicaciones
La ingesta de amantadina precisa de estricta supervisión médica, especialmente cuando el paciente es una mujer embarazada o lactante. Las precauciones se extienden a personas con historial de cardiopatías, principalmente insuficiencia del músculo cardíaco.
Si el individuo sufre episodios convulsivos, tiene limitaciones hepáticas o renales, o presenta rastros de psicopatía, es preciso tener mucho cuidado. También se debe ser cauteloso con aquellos pacientes que tengan tensión baja recurrente, hinchazón periférica o reciban estimulación para el sistema nervioso.
Se desaconseja la interrupción abrupta de la medicación en personas con Parkinson, ya que puede desencadenar un fuerte reverso en la condición clínica.
Es probable que la ingesta de amantadina merme la producción de leche materna, por lo que se debe prestar atención a este detalle. Muchos especialistas aconsejan no ingerir la medicina mientras se amamante.
Efectos secundarios de la Amantadina
Entre las mayores ventajas que ofrece la ingesta de amantadina es que, usualmente, no genera efectos adversos. Sin embargo, aunque se trate de casos puntuales, el paciente debe estar atento si experimenta los siguientes indicios.
- Puede tener visión difusa o nublada. Por otra parte, puede sentir mareos, desarrollar vértigo o bajar de peso.
- Otros síntomas adversos incluyen dolores de cabeza, alucinaciones, estado de confusión, problemas relacionados al hablar, taquicardias y boca seca.
- La náusea, el vómito y la anorexia pudieran hacerse presentes. De igual forma, el paciente puede experimentar sudoración, dificultad para coordinador sus movimientos, dolores musculares, imperturbabilidad, letargo y constipación.
- El paciente que esté siendo tratado con amantadina puede sentirse deprimido o ansioso, por lo que resulta fundamental vigilar su estado de ánimo.
- La hinchazón de piernas, pies o manos también es causa de consulta médica. Si el individuo presenta problemas para miccionar, episodios de disnea o erupciones cutáneas, se debe contactar de inmediato a un especialista.
Usos alternativos
Desde hace poco múltiples rancherías de aves chinas han utilizado amantadina para blindar a los pájaras contra la gripe aviar, mientras que en las naciones de occidente la ley permite su administración exclusivamente en personas.
Se estima que a las aves domésticas chinas se les ha suministrado más de 2000 millones en dosis. Sin embargo, se detectó que la influenza H5N1 en este país y en la parte sudeste de Asia, desarrollaron resistencia al medicamento.
El problema radica en que siendo la cepa inmune al fármaco, cuando las personas la contraigan no podrán curarse con él, porque aún estando en el organismo humano, continuará su resistencia.
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