Ya sea para bajar de peso o eliminar impurezas, eventualmente es sano depurar el organismo. Existen diferentes métodos, pero uno de los más populares es la dieta del limón. Sus propiedades digestivas y desintoxicantes, y su alto contenido de vitamina C, favorecen la quema de calorías.
Algunos especialistas aseguran que al igual que otras dietas de efecto rápido, la dieta del limón podría causar rebote, pero lo que no terminan de entender la mayoría de las personas, es que de nada vale seguir un plan por una o dos semanas, para luego regresar a los desórdenes alimenticios a los que generalmente están acostumbradas.
La nutrición saludable debe ser un estilo de vida, y la dieta del limón podría ser ese impulso que, a veces, se necesita para implementar medidas que no sólo ayuden a adelgazar, sino que también mejoren el funcionamiento del metabolismo y de los órganos en general. La figura es importante, pero la salud lo es mucho más, así que antes de dar cualquier paso, es recomendable asesorarse con un especialista. En la medida en la que se comprenda que cada metabolismo es distinto y que cada individuo posee necesidades particulares, será más fácil y provechoso el procedimiento. ¿A cuántos no les ha pasado que se esfuerzan con dietas y ejercicios que no dejan resultados satisfactorios? La individualidad y el seguimiento médico, son los únicos garantes de un cambio saludable.
¿Cómo implementar la dieta del limón?
La dieta del limón tiene diversas modalidades, pero la más común es la sustitución de bebidas como café, refresco o té por limonada natural, sin endulzantes. La sugerencia es ingerir un vaso antes de cada comida y seguir una rutina alimenticia baja en grasas y rica en verduras y vegetales durante los dos primeros días. A partir del tercero se pueden incorporar carnes magras, preparadas al vapor, a la plancha o a la parrilla, aderezadas con sal y pimienta. Conviene evitar las especias artificiales, la soja, la manteca, la mantequilla y cualquier aditivo similar. En sustitución, se pueden emplear pimientos, cebollas, ajíes, zanahorias, tomates y ajos.
Si se combina con ejercicios, los resultados podrían ser mejores. Eso sí, no debe extenderse el plan por más de 7 días, ya que podría generar descompensación, fatiga, desmayos, cansancio o hipoglucemia, entre otros síntomas.
Otra forma de elaborar el jugo de la dieta del limón es exprimiendo media fruta en la mitad de un vaso con agua fría, incorporar más agua hasta llenarlo, y completar con dos cucharadas de jarabe de arce, una de miel o una rama de canela. También se debe añadir una pizca de pimienta de cayena o de jengibre molido. La toma debe ser de 7 u 8 veces al día, solamente por una semana.
¿Caliente es mejor?
Hay quienes aseguran que cuando se aumenta el consumo de agua tibia se incrementa el calor corporal y, por ende, se agiliza el proceso metabólico que favorece la quema de calorías. Adicionalmente, se reducen las dolencias, el estreñimiento y las inflamaciones. De allí, que otra manera de seguir la dieta del limón, podría ser ingiriendo una taza de agua tibia con el zumo de un limón en ayunas, durante un mes, con lo cual no sólo se perderían algunos kilos, sino que se mejoraría el proceso digestivo y se eliminarían otros malestares como náuseas, indigestión, flatulencias y ardor estomacal. Las recomendaciones básicas son: utilizar agua potable, calentarla en la estufa y no en el microondas, y emplear jugo natural. Los concentrados o zumos pasteurizados no funcionan para la dieta del limón.
Otros beneficios de la Dieta del limón
Quien crea que al comer esta fruta sólo aprovecha su sabor se equivoca. Siguiendo la dieta del limón o agregando un poco de zumo a cualquier preparación (dulce o salada), se estarán absorbiendo nutrientes y vitaminas como ácido cítrico, calcio, magnesio, vitamina C, bioflavonoides, pectina y limoneno, que mejoran la apariencia de la piel, cabello y uñas. A continuación algunos ejemplos de cómo emplear este comestible sin necesidad de recurrir a la dieta del limón:
Para blanquear los dientes conviene preparar una mezcla de limón y bicarbonato de sodio. Se coloca sobre la superficie. Se deja por un minuto y se frota suavemente con un cepillo. Pasado el tiempo, se lava como de costumbre.
Quienes sufren de piel grasa, pueden contrarrestarla limpiando el rostro con una mota de algodón impregnada de jugo de limón. Se debe hacer en la noche, antes de dormir, y lavar al día siguiente con agua y jabón.
Si se combina con un chorrito de aceite de oliva y se sumergen las uñas durante varios minutos, se fortalecerán y se promoverá su crecimiento.
Con un poco de aceite de coco y de oliva, miel y jugo de limón, se puede desaparecer la caspa. Sólo hay que colocar la preparación sobre el cuero cabelludo, masajear y dejar reposar por unos minutos. Luego se lava con los productos habituales.
Sus propiedades antibacterianas ayudan a eliminar los puntos negros, el acné y las manchas. Lo ideal es mezclarlo con un poco de miel y disponer sobre la zona afectada por 10 minutos. La sugerencia es no exponerse al sol una vez aplicado el tratamiento.
Frotando un limón en los labios y dejándolo reposar durante la noche, se pueden destruir las células muertas y devolver su suavidad.
El limón combate las bacterias, por lo que puede convertirse en un excelente aliado de la ducha. Sólo se debe unir un chorro de limón con yogur y aceite de lavanda, y untar la mezcla por todo el cuerpo. Se debe utilizar de noche, asegurándose de retirar por completo con abundante agua tibia.
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